miércoles, 29 de abril de 2009

EL JARDÍN DE LAS HESPÉRIDES

APOLODORO,Biblioteca, II,5,11.
...Como undécimo trabajo le ordenó hacerse con las manzanas de oro de las Hespérides. Estas manzanas ni estaban en Libia como han dicho algunos, sino en el Atlas, entre los Hiperbóreos. Gea se las había regalado a Zeus cuando se desposó con Hera. Las guardaba un dragón inmortal, hijo de Tifón y Equidna, que tenía cien cabezas y emitía muchas y diversas voces. Con él vigilaban también las Hespérides, Egle, Eritía, Hesperia y Aretusa... Heracles a través de la Iliria se dirigió apresuradamente al río Erídano y llegó ante las ninfas, hijas de Zeus y Temis. Éstas lo encaminaron a Nereo, a quien Heracles apresó inetras dormía y, aunque el dios adoptó toda clase de formas, lo ató y no lo soltó hasta que supo por él dónde se encontraban las Hespérides y sus manzanas. Una vez informado atravesó Libia..


Y al llegar, por tierras de Libia, al mar exterior, recibió la copa de Helios ; habiendo cruzado al continente opuesto flechó en el Cáucaso al águila, nacida dde Equidna y Tifón, que devoraba el hígado de Prometeo...



Prometeo había advertido a Heracles que no fuera él mismo a buscar las manzanas, sino que enviase a Atlante, y sostuviera entre tanto la bóveda celeste ; así, cuando llegó al país de las Hiperbóreos ante Atlante, lo reemplazó, según el consejo recibido.



Atlante, después de coger de las Hespérides tres manzanas, regresó junto con Heracles. Y para no cargar de nuevo con el cielo dijo que él mismo llevaría las manzanas a Euristeo, y ordenó a Heracles que sostuviera la bóveda celeste en su lugar. Heracles accedió, pero con astucia consiguió devolvérsela a Atlante. Aconsejado por Prometeo lo invitó a soportarla mientras él se colocaba una almohadilla en la cabeza. Al oír esto, Atlante dejó las manzanas en el suelo y sostuvo la bóveda; entonces Heracles recogió las manzanas y se marchó. Algunos dicen que no las consiguió por mediación de Atlante, sino que las cogió él ismo después de matar a la serpiente que las custodiaba. Obtenidas las manzanas, las entregó a Euristeo. Éste, tomándolas, las regaló a Heracles, de quien las recibió Atenea, que las devolvió, pues era impío que estuviesen en cualquier otro lugar.


APOLODORO
Atenas, (c. 180 a. C.)-Pérgamo (119 a. C.), fue gramático, historiador y mitógrafo griego. Se estableció en Alejandría. Los antiguos le atribuyeron la obra en prosa Biblioteca mitológica, donde se intentaban conciliar las distintas versiones que ofrecían de cada mito los poetas. La obra se ha conservado sólo en parte, pero es una de las fuentes principales para el estudio de la mitología griega.


POMPONIO MELA, Corografía, III, 10, 100.

" Después empieza el frente costero que, volviéndose a Occidente, es bañado por el mar Atlántico : sus primeras tierras las habitan los etíopes ; las de en medio nadie, porque o están abrasadas o cubiertas por las arenas o infestadas de serpientes. Próximas a las tierras abrasadas se encuentran unas islas en las que se dice que vivieron las Hespérides."


POMPONIO MELA

Nació en Tingentera (Algeciras), en el siglo I. Es autor de un compendio geográfico que se compone de tres volúmenes de título "De Chorographia". El tercer libro se refiere a países como Hispania, Galia, Germania, llega hasta Asia y analiza parte del continente africano. Aunque esta es una de las primeras obras donde se realiza un análisis puramente geográfico, no contiene datos técnicos y alguna información que trasmite resulta equívoca.


JOSÉ DE VIERA Y CLAVIJO, Historia de Canarias, I, (ed.A.Cionarescu), página 35-6


Estos escritores (muy distantes del abad Banier en el modo de explicar las fábulas por la historia), pagados de cirta interpretación ingeniosa y aún capaz de seducir a los que pasan por encima de ella sin precaución, creyeron poder descifrar todo el enigma de los jardines de las Hespérides, sin salir del valle de Taoro en Tenerife, y véase aquí cómo.

En aquel espacio de terreno, digno de la fama por su fertilidad, se crían ciertas manzanas cuya cáscra es de color de oro; y como también el nombre antiguo de Taoro y de Orotava suena a las de oro, no hay duda que la fantasía hallaba facilidad para reputar por de oro las mismas manzanas. Además de esto, todos saben que el drago es uno de los árboles más especiales de nuestras islas, pues siendo su tronco al modo del de una serpiente, y su jugo una concreción como de sangre, ha pasado más de una vez por verdadera sangre de dragón, y el árbol casi por una bestia. Y si nos figuramos el pomar de Taoro cercado de una valla de dragos, ¿qué nos falta para poder decir, en tono de fábula oriental, que en la isla de Tenerife hay jardines de manzanas de oro,bajo la custodia de un dragón?
Pero es necesario que se diga la verdad toda entera. Este pensamiento desaparece como un fenómeno, luego que se vuelven los ojos hacia los tenebrosos días de Hércules, Atlante,Euristeo y las ninfas Hespérides ; porque no se hallarán vestigios de manzanas en nuestras islas, pues éstas las plantaron los españoles : ni que Taoro en lengua guachinesca"Tonto oro", según a nosotros nos suena ; ni que los árboles dragos hayan tenido siempre este nombre, o pasado por unos semibrutos. Hecha esta reflexión, que es muy obvia, sería menos malo entender con Marco Varrón y Diodoro de Sicilia por manzanas el vellón de algunas ovejas que los griegos llaman "mala" ; por dragón cierto brazo de mar que, serpenteando con varias inflexiones, ofrecía la idea de aquella bestia alada. Pero , ¿que necesidad habrá de desatar estos enigmas?

JOSÉ VIERA Y CLAVIJO

Aunque nació en el Realejo Alto (Tenerife), su familia se trasladó al Puerto de La Orotava (actual Puerto de la Cruz) donde estudió con los Dominicos destacando en filosofía escolástica. La lectura de los discursos de Benito Jerónimo Feijoo le hizo un gran efecto y le inclinó al racionalismo de la Ilustración. En 1763 comienza a escribir su Historia de Canarias que es considerada actualmente la primera Historia de Canraias con carácter científico. Recopiló y consultó las fuentes anteriores a su época y separó lo fantástico y legendario de aquello real e histórico.









Las fuentes antiguas solín localizar al Jardín de las Hespérides en zonas continentales, pero hay otras insulares en las que se sitúan este famoso jardín. La primera alusión clara a unas islas atlánticas occidentales como morada de las Hespérides es Pomponio Mela (s. I). A partir de él hay una serie de autores latinos que mencionan a la isla de las Hespérides (Plinio ,s.I, Rabano Mauro, s. VIII) situadas en la fachada atlántica, frente a las costas morroquíes y mauritanas.
De estos textos se sólo deduce que se refieren a unas islas atlánticas, cercanas a las costas africanas, pero de difícil identificación, ya que pueden ser las Azores, Madeira, Canarias, Salvajes, Cabo Verde…


El Jardín de las Hespérides es uno de los temas que más se han conectado con las islas Canarias. Esto se debe a: la identificación de Atlas con el Teide, la equiparación de las Hespérides con unas islas así llamadas, localización del jardíb es uno de los valles canarios, identificación de las manzanas de oro con algún furto de estas tierras…
Sin embargo, los historiadores no se ponen de acuerdo en esta cuestión: unos son pasionados defensores de que aquí estuvieron los famosos jardines debido a que encajaban en clima y la vegetación…, mientras que otros se negaban a ubicarlo en estas islas por la ausencia de oro y plata. No obstante, Viera y Clavijo (1731-1813), el famoso historiador canario, criticaba a quienes creían que este jardín se hubiese encontrado en las islas Canarias, pero en una de sus obras, El Jardín de las Hespérides, hace una representación alegórica de este paraíso.
Respecto a que si la montaña Atlas de los textos antiguos de Pomponio Mela (s.I) y Heródoto (484-425 a.C) es el Teide se sabe que no es así, en relidad se refieren al pico Tuside (Tibesti).

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