viernes, 22 de octubre de 2010



Mito del eclipse


Personajes:

Eclirión: chico joven muy apuesto mortal e hijo de un rey.
Ipsemia: muchacha bella hija de una diosa.
Creceo: rey de la ciudad de Bararist, padre de Eclirión.
Saharacia: esposa de Creceo, madre de Eclirión.
Lunasia: diosa de la noche y la luna, madre de Ipsemia.
Nauz: dios controlador del tiempo.
Leireda: esposa de Nauz, diosa del amor.
Gladio: adivino de la ciudad de Bararist.

Época: año 1000 a.C.
Hecho que se explica: fenómeno natural del eclipse.
Lugar: Bararist una ciudad situada en el norte de Europa.

Hace muchos años, en tiempos remotos, existía una ciudad llamada Bararist. El rey de la ciudad era un hombre bueno y justo con los habitantes pero en él había un lado oscuro, era egoísta y siempre quería tener el poder de todo lo que giraba a su alrededor.
Tenía un hijo llamado Eclirión, era un joven bello y poco enamoradizo, por lo que su padre estaba muy tranquilo ya que si su hijo no se casaba, jamás heredaría el puesto de rey mientras él viviese.
Cuando el invierno finalizó su recorrido por Bararist comenzó la primavera, era un día soleado y las flores estaban naciendo. Creceo salió a pasear con su esposa Saharacia y de pronto un hombre muy anciano se les acercó y comenzó a recitarle unas palabras: “Un rey bueno eres, y tu trono lo quieres, egoísta naciste, ten cuidado amigo no te despistes, pues tu hijo Eclirión te quitará la ilusión, un bello día se enamorará y en pocos meses se casará”
Su mujer le dijo que no le hiciera caso pero Creceo no se quedó del todo satisfecho, no obstante decidió esperar a que pasara un tiempo.
Unos días después, Eclirión se encontró con una chica mientras paseaba por el bosque. Al verla quedó perdidamente enamorado de ella y comenzaron a hablar. Pasaron horas y horas y ninguno quiso irse, se miraban fijamente a los ojos y ambos se dijeron al unísono que se amaban. Fue un amor a primera vista, algo muy usual en aquella época. La muchacha se llamaba Ipsemia, era joven y muy bella. Ella le contó que era hija de la diosa de la luna y la noche, Lunasia. Él se quedó sorprendido ya que nunca había conocido a nadie que tuviera algún parentesco con una divinidad. Él le dijo que era hijo del rey de Bararist y continuaron charlando durante horas…
Se hizo de noche, tristemente se despidieron y quedaron al día siguiente en el mismo sitio y a la misma hora.
Rápidamente Ipsemia se lo contó a su madre y ella le dijo que se alegraba pero que tuviese cuidado ya que el padre tenía un lado oscuro y malvado.
Cada día Ipsemia y Eclirión se veían en el bosque donde se vieron por primera vez y a la misma hora. Tiempo después Eclirión confesó a los padres que estaba enamorado y que quería casarse en pocos días. Tras esta noticia el padre quedó profundamente asustado ya que si su hijo se casaba heredaría su trono. Esa misma tarde Creceo acudió al Miseo, casa de los dioses. Pidió hablar con Nauz, dios controlador del tiempo, y Leireda, diosa del amor. Les contó el problema que tenía y les rogó que hicieran algo para que su hijo no se pudiese encontrar jamás con esa muchacha. Leireda se negó ya que ella siempre apoyaba al amor pero su esposo Nauz accedió y le explicó lo que pretendía hacer: “Conozco a la madre de esa muchacha, es una diosa, igual que yo, por lo que sólo puedo hacer una cosa, lanzaré una maldición sobre ambos, Ipsemia únicamente podrá salir por la noche y tu hijo durante el día, así jamás podrán verse tal y como querías”. Creceo dio mil gracias a Nauz y le prometió que él y toda su ciudad le adoraría por la eternidad.
Al día siguiente, Eclirión salió en busca de Ipsemia, su gran amada, llegó al bello lugar pero ella no estaba allí. La buscó por todo el bosque y no la encontró, decepcionado, se fue a su palacio antes de que oscureciese. Mientras él se marchaba, ella salió hacia el bosque, no lo encontró, le ocurrió lo mismo que a él, triste se marchó.
Pasaron días, incluso años…
Un día Lunasia acudió a hablar con Leireda, le contó que su hija cada día se encontraba peor y que era muy triste ya que había perdido a su gran amor. Leireda decidió ayudarla, no podía deshacer el maleficio que había hecho Nauz pero sí podía hacer algo…
Cada año podrán abrazarse cinco veces, la primera vez deberá de ser los primeros días del año y las siguientes durante la mitad del año, así Ipsemia saldrá en forma de luna a abrazar a su amado Eclirión y lo tapará con su luz.
Nauz se enteró de todo esto y dos veces al año se convertía en planeta y cuando la Ipsemia estuviese en su mayor esplendor, luna llena, se interpondría entre ellos.
Así uniendo las primeras letras de Eclirión e Ipsemia surge la palabra eclipse.
He aquí la explicación de los eclipses.
Un eclipse de sol ocurre cinco veces al año si el primero sucede durante los primeros días de enero, la luna sale y tapa al sol.
Un eclipse lunar ocurre a penas dos veces al año y sucede cuando la Tierra se interpone entre el sol y la luna, es decir, cuando la luna se sitúa en la parte de sombra de la Tierra y sólo ocurre en luna llena.


Gissell G. C.
Curso 2010-2011

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