martes, 30 de octubre de 2012

"EL PLACER DE SER MADRE"



    EL PLACER DE SER MADRE



  •        Explicación de :

     Por qué las mujeres son las que se quedan embarazadas.
  •         Época: 

     Año 180.810 a.C en el antiguo Upendo

·         Personajes:
                      Mapensi: niña con dos cabezas, un pie y veinticinco brazos, la cual luego se vuelve bella. Ésta es la protagonista del mito

              Moyo: dios de la paternidad que ayuda y consuela a Mapensi en sus días de desdicha.





Hace muchos, muchos años en el remoto
Upendo en el año 180.810 a.C, existía una
pequeña niña llamada Mapensi , la cual se pasaba todo el día llorando. Ésta tenía dos
cabezas, un pie y veinticinco brazos. Su madre le contaba anécdotas de su infancia y también
se reían de ella. Además le dijo que había conocido el mayor tesoro que pudiese tener. Los
niños eran muy crueles a pesar de que todos eran similares.

Un día, el dios que adoraban en Upendo, Moyo, el dios de la paternidad, se le apareció con
cuerpo de oso, orejas de burro, patas de conejo, y le dijo:

-¿Qué te pasa hija? Te escucho a todas horas llorar y eso como dios me rompe el corazón.

-¡Diosito Moyo! Sí… bueno… tienes razón. Lloro mucho. Mis compañeros se ríen de mí y mi
mamá me dice que no me preocupe, que todo pasa pero yo no veo que pase-dijo Mapensi.

¿Qué te preocupa? ¿Que tengas ese físico ahora y te dure para toda la vida? ¡No te
preocupes! Cuando seas mayor todo cambiará y serás muy guapa como tu mamá o más,
incluso recibirás un regalo.

-¿Sí? ¿En serio?-Respondió la niña. –No me lo puedo creer, sólo te lo puedo agradecer con
muchas ofrendas y elogios.

El dios muy contento de que la niña sonriese le dijo:

-Al crecer te toparás con mucha gente mala pero eso no tiene que preocuparte ahora. Vive tu
niñez y sé feliz.
Mapensi, alegre y dichosa cerró los ojos y Moyo desapareció.

En el transcurso de los años ésta ya tenía los 788 años (la mortalidad en Upendo se
encontraba en los 900, 950 años para las mujeres y 890 para los hombres, y a Mapensi le
quedaba mucho por vivir).

Se había convertido en mujer, había desaparecido todo lo que le hacía triste y se hizo muy,
pero que muy bella. Le salieron unas alas grandes preciosas en la espalda y ésas le hacían
volar. Con ellas recorrió el mundo entero y se dio cuenta en sus largos viajes que en todos los
lugares del mundo entero se encontraban niñas con las cualidades físicas que ella también
tuvo de pequeña. Le pareció completamente curioso que sólo fuesen las niñas quienes
tuviesen ese aspecto.

Una noche, mientras llegaba de un viaje desde la lejana Tanzania, conocida por sus
monstruos gigantescos, rompió a llorar. No lo hacía desde que era pequeña. Moyo se le
presentó, pero esta vez en una lágrima.

-Hija, de nuevo nos encontramos, esta vez de manera distinta.

-Sí- dijo Mapensi. Me he dado cuenta de que todas las niñas del mundo conocido eran como
yo de pequeña y me gustaría acabar con ello.

Moyo le contestó: -¿Recuerdas cuando eras pequeña y yo te dije que estuvieses tranquila? He
aquí el regalo que te había comentado.

¿Eh? No te entiendo. Tengo mis alas, ¿qué mayor regalo que ese?

-Tú has visto a todas las niñas del planeta, entonces bien. A tu mamá le puse en su vientre un
pequeño gran tesoro que ella llamó Mapensi.

-Te sigo sin entender, ¡lo siento!- dijo Mapensi entre lágrimas.

-Sí. Cuando las niñas son pequeñas sufren mucho por la apariencia física, sin embargo, al
creer se les devuelve todo el sufrimiento causado con un regalo maravilloso, llamado “el
placer de ser madre”. Los niños viven una vida plena,llena de cantos de felicidad y por eso
viven menos que las niñas. A éstas se les da la verdadera felicidad, que es ser madre, llevando
un bebé durante 9 meses y luego dar a luz.
Llegará un día que tú tengas que partir y por esta razón se te crean las alas en la espalda, para
que algún día cuando tú no estés seas su ángel, puedas proteger a tu hijo y estar a su lado
siempre aunque no te pueda ver .

Al poco tiempo, Mapensi estaba esperando a su bebé. Tuvo una linda niña y a ésta le
pasabalo mismo, se preocupaba por su físico. Mapensi tranquila y segura de que esto se le
pasaría le dijo lo mismo que le dijo su madre un día.


Desde ese momento las mujeres tienen el privilegio de poderse quedar embarazadas de sus bebés y los hombres viven en su “falsa felicidad “.


                         Mónica L.N
                                    2º BACH B


                                                                                                         2012/2013














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